Se
dice que el surubí es un verdadero predador de las aguas y la especie tiene
muestras sobradas de esta afirmación. Son cazadores nocturnos por excelencia,
que suelen alimentarse de la mayoría de las especies que pueblan los ríos
cálidos de agua dulce.
Matías Rodaro, junto a sus amigos Nicolás Campisi y Gabriel
Contrera, todos oriundos de San Jorge, en la provincia de Santa Fe, se dieron a
la tarea de enfrentar a los monstruos que pueblan el Paraná en la zona de
Florencia, al norte de la provincia.
Se
hospedaron en las cabañas Dorado Lodge, donde junto a los guías Martín y Danilo
Rouvier, partieron a la zona con más actividad. La noche anterior llovió y el
agua estaba más agitada que de costumbre, hacía algo de frío y avanzaron por el
Paraná practicando trolling, usando señuelos killer para lograr profundidad.
Como caña utilizó una Penn con reel Shimano Cardiff 400 y multifilamento del
0,23 Power Pro.
En la quinta pasada uno de los amigos consiguió un cachorro
chico, pero a la siguiente pasada Matías tuvo una corrida espectacular, ya
pasado el mediodía. Tras 40 minutos de lucha, en los que el animal dio tres
violentas corridas de más de 50 metros en cada una, el lomo apareció a lo
lejos. Luego de mucho trabajo y sobre todo paciencia, lograron subirlo a la
lancha y explotar de alegría.
Siempre
tomando las precauciones necesarias, lo sostuvieron dos o tres minutos para la
foto y luego lo reanimaron con mucho cuidado para que vuelva a las aguas.
Quizás como un regalo al abuelo de Matías, que según relató le enseñó a pescar
y seguramente estaría muy orgulloso de ver que esa bestia vuelve a las aguas
para reproducirse y encarar otra batalla.
Fuente:Weekend
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